Primero: la banda sonora
(patrocinado por Raül el Sabio, consejero de la Corte)
Es una historia cortita. Quizá no os guste. Quizá no la
entendáis, pero intentaré haceros sentir lo que siento yo cuando la oigo. Pido
perdón, de antemano, por si no lo consigo y porque no es una historia lineal,
ni con una estructura concreta. Son fragmentos. Fragmentos de un día, quizá dos
o tres. A lo sumo cuatro. Y siempre que los he escuchado ha sido de forma
incoherente y mezclados. Haré lo que pueda.
PARTE I
Todo empieza un 29 de diciembre de 1984. Hace una eternidad.
Una pareja se casaba. Unos amigos les felicitaban. Llevaban años saliendo.
No fue una declaración de película. No fue una petición de matrimonio romántica, ni de libro. Fue la opción más natural. El paso siguiente y la decisión
más acertada. Se querían y se quieren.
Se conocieron por casualidad. Una hermana de ella se fue de
viaje y le conoció a él, en otro momento, en otra ciudad. El destino quiso que
el trabajo le trajera a Valencia. Aprovechando, la amiga (y hermana) le ayudó a
instalarse. Se hicieron amigos.
La casualidad, y un padre bastante protector, quiso que “salir
con unos amigos” se convirtiese para ella en “salir con unos amigos de tu
hermana mayor”. Se conocieron. Pasó el tiempo. Él se le declaró en una playa.
Idílico.
Ella le dijo que no. Pero surgió ese “y si…” que no nos deja
vivir. Una segunda declaración y la espera valió la pena.
PARTE II
24 de abril de 1990. Dos amigos hablando:
- ¡Felicidades! ¡Enhorabuena!
- Gracias, gracias. Estoy que no me lo creo.
- ¿Qué ha sido? ¿Niño
o niña?
- Niño, niño.
Meses después…
- ¿Qué tal tu mujer?
- Estupenda. Está
embarazada, ¿sabes?
- ¿Sí? ¡Enhorabuena! ¿Te imaginas que nace el mismo día que
mi hijo?
-Sí, hombre… Sería
demasiada casualidad.
-¿Qué apostamos?
PARTE III
Tiene cita con el médico para mañana. No van a avisar a
nadie, que se preocupan demasiado. Él no irá a trabajar. Ella todavía no lo
tiene asimilado.
Es 23 de abril de 1991. Cenaron espárragos con unos amigos,
recordando en secreto una vieja apuesta.
PARTE IV
Teléfonos sonando. Familiares y amigos preocupados. ¿Dónde
están? ¿Les habrá pasado algo? ¿Y si han tenido algún problema con el embarazo?
¿Por qué él no ha venido a trabajar? ¡¿Quién sabe algo?!
Laura. Patricia. Dos opciones y ningún nombre era lo
suficientemente bueno.
La Ruleta de la Suerte (paradojas de la vida) decidió por
ellos: Gemma. Se llamaría Gemma.
Cesárea. Una madre que despierta y ve “una bolita rosa con
mucho pelo”. Llora de alegría. Un marido orgulloso y asustado que regala a su
mujer un collar que ella aún no se ha quitado.
Todos tranquilos. Ha sido niña. Ha nacido el 24 de abril de
1991. Un padre ha perdido una apuesta, pero su hija por fin ha llegado y por
ella pagaría todas las apuestas del mundo.
Precioso. Escribe cuando quieras, si lo haces así no importa. 1 besi!
ResponderEliminar¿Puedo darle a "Me gusta" al comentario de Thais? Imagínate que sí.
ResponderEliminarPero qué estupendas sois y cuánto os HAMO. jajajajajajajaja Gracias ^_^
ResponderEliminarSo lovely, so cute :)
ResponderEliminarohhhhh!!!!!me encanta!!!!!!!
ResponderEliminarbuuaaaaaaaaaaaaaaaaaa¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarTE QUIERO; OS QUIERO A LOS 3 SUERTUDOS DE TAN MARAVILLOSA HISTORIA; PRECIOSA SOBRINA COMO TUS PADRES HAN SABIDO REFORZAR TU PERSONALIDAD; ME ENCANTA; QUIERO DARTE UN BESO PERO YA¡¡¡¡¡
UFFFF, NO PUC MES,,,,RESMUAKSSSSSSSSSSS,,,,
Tu orgullosisima tía y tus primas q te adoran como mereces,,,,
Eres una de las tres partes principales de esta preciosa historia.
ResponderEliminarTe quiero, os quiero. Dentro de poco se repetirá una historia muy parecida a esta, con muchas diferencias, pero lo principal será exactamente igual. Y quizá, alguien dentro de un tiempo, quiera contarnos la con tanto amor, como Tu, emocionandonos y haciéndonos sentir y recordar tantas cosas bonitas que vivimos. Gracias sobrina, no puedes ser mejor, y no sólo por esto, pero ayuda,hay momentos en los que te dan un chute y una lección de buenos recuerdos que se prolongan en el tiempo y nos olvidamos de ello. 💖
ResponderEliminar